martes, 10 de mayo de 2016

EL RIESGO DEL VERDADERO 'SORPASSO'

Ya está hecho, y parece irreversible: el comunismo clásico, el que representa una Izquierda Unida sostenida mal que bien por el viejo e histórico Partido Comunista de España de Santiago Carrillo, Dolores Ibárruri, José Díaz, Gerardo Iglesias y Julio Anguita, el mismo que, antes de sobreponerse muy a duras penas a la caída del Muro de Berlín, pasó del estricto sometimiento a las directrices stalinistas de los años de la Segunda República y la Guerra Civil al llamado 'eurocomunismo' con el que adoptó una posición posibilista durante la transición, se ha dejado fagocitar por el neocomunismo bolivariano de un Podemos que bebe ideológica y financieramente de una Venezuela chavista que, pese a su cada vez más evidente fracaso, continúa patrocinando en Latinoamérica un grotesco, liberticida y ruinoso 'socialismo del siglo XXI'. Quizá sea el signo de los tiempos, aunque a Iglesias Turrión se le ha desmontado definitivamente el discurso de la supuesta 'transversalidad' de una formación política que, según juraba y perjuraba, trascendía de la tesis marxista de la lucha de clases y la tradicional división de bloques ideológicos entre derecha e izquierda. Pues bien, ha terminado concediéndonos la razón a quienes siempre le hemos etiquetado como lo que realmente es: un ultraizquierdista.

En el fondo, Garzón e Iglesias, Iglesias y Garzón, se han limitado a prestarse sendos asideros para procurarse su mutua supervivencia en tiempo preelectoral y momento tan delicado para ambos. En virtud de este pacto, Alberto Garzón busca asegurarse el incremento de escaños que le vaticinan unas encuestas, por cierto, especialmente favorables en las últimas fechas (razón por la cual este acuerdo ha levantado ampollas en la misma IU, con Gaspar Llamazares y el alcalde de Zamora, Francisco Guarido, como voces más destacadas); por su parte, Pablo Manuel Iglesias (como le llaman en el PSOE) persigue detener, o en su caso camuflar, el descenso electoral que esos mismos sondeos señalan como consecuencia del desgaste de unas decisiones políticas tomadas por un partido que, además, va poco a poco perdiendo su virtuoso carácter de 'novedoso'. Aun así, veremos qué resultados reporta este paso que ambos dirigentes de la izquierda radical se han visto en la obligación de dar finalmente.


Sea como fuere, Iglesias y Garzón afirman tener juntos el 'sorpasso' al alcance de la mano. Aunque no en el sentido con el que utilizó el término Anguita a principios de los 90, esto es, sobrepasar al PSOE, algo ya de por sí difícil sobre todo en cuanto a cosecha de escaños, que es lo que finalmente cuenta; sino en su verdadera acepción originaria de la vieja (esta sí) política italiana que se sitúa entre la posguerra y 1994, año de la irrupción berlusconiana: porque así se definió allí a la aspiración del Partido Comunista Italiano de superar en votos a la mismísima y entonces imbatible Democracia Cristiana (lo que, por cierto, llegó a conseguir en las elecciones al Parlamento Europeo de 1984). Pero que la suma de Podemos e IU gane al Partido Popular es hoy por hoy una mera ensoñación o, más bien, pesadilla; máxime el altísimo grado de fidelidad de los votantes del PP que todas las encuestas plasman. Además, que este pacto entre las extremas izquierdas mantenga a ambos electorados en su práctica integridad, o que incluso produzca ganancia de votos, se antoja harto complicado. 

Aunque no estará todo dicho hasta que las urnas vuelvan a manifestarse, y queda una larga precampaña y campaña por delante en la que se debe apelar al voto útil de la estabilidad, el realismo y la moderación. Porque quizá no corramos el riesgo de acabar como Venezuela, pero sí como Grecia.

2 comentarios:

Chaly Vera dijo...

Si, no ganara al PP, eso esta clarisimo, pero obtendrá buena cantidad de diputados que obligara al Sanchez y pactar con ellos, si quiere ser Presidente.

Saludos

Chaly Vera dijo...


Para sus ojos
En un blog que habla de política, es lógico recibir comentarios no acordes con el pensamiento del titular, entonces uno puede preguntarse ¿para que escribir sobre estos temas? En mi blog no hablo de política ni de religión y cualquier lector puede opinar y si quiere llamarme tontín y eso no me molesta porque es lógico que a unos les guste y a otros no,
El año pasado entre a un blog de PODEMOS he hice mi comentario y allí, dice:Se ha guardado tu comentario y será visible cuando el propietario del blog lo apruebe. Y no lo publicaron, allí también impera la ley de la mordaza.

Saludos