miércoles, 16 de marzo de 2016

PREGUNTAS QUE TENDRÁN PRONTO RESPUESTA

¿A qué ha ido Pedro Sánchez, más estadista que nunca, al Palacio de la Generalitat de Cataluña? ¿Por qué, en pleno desafío separatista del nacionalismo catalán, se niega siquiera a hablar con el presidente del Gobierno (de la nación) en funciones y líder del partido nacional más votado, pero en cambio decide rendir visita a quien pretende encabezar la 'desconexión' con España? ¿Es momento de situarse equidistante entre quienes garantizan la vigencia de la Constitución y quienes la conculcan, entre quienes defienden la soberanía nacional del pueblo español y quienes buscan parcelarla para destruir la unidad de España? ¿Qué 'deshielo', por tanto, puede ofrecer Sánchez a un nacionalismo abiertamente independentista y que no da muestra alguna de hacer propósito de enmienda?

Aunque he aquí la pregunta del millón: ¿qué piensa su pareja política de hecho, el españolísimo e irreductible antinacionalista Albert, de todo esto?

Ese mismo día, en el Congreso de los Diputados, el PSOE se limitaba a abtenerse en la Proposición No de Ley en defensa de la unidad de España presentada por el Partido Popular (que salió adelante con el voto a favor de los diputados de Ciudadanos), que incluía la aprobación de los siguientes puntos:

El Congreso de los Diputados manifiesta:

1. La voluntad de la Nación española de preservar el marco de convivencia y respeto mutuo amparado por la Constitución del 78, que se basa en la unidad de España, al mismo tiempo que garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.

2. La obligación de todos los poderes del Estado de defender la Constitución, cumplir y hacer cumplir la Ley, y respetar los Tribunales y sus decisiones, como garantía de la plena eficacia de los derechos y deberes de los ciudadanos.

3. El respeto a la soberanía nacional, que reside en el conjunto de los españoles, que es incompatible con cualquier tipo de referéndum o consulta ciudadana sobre lo que es y debe ser España, en la que una parte de los españoles decidan por todos los demás.

Además, el Congreso de los Diputados insta al conjunto de las instituciones españolas a:

4. Mantener la defensa, desde la legalidad constitucional, de la soberanía nacional, el Estado de Derecho, la democracia y la convivencia entre los españoles.

5. Continuar actuando, con las herramientas del Estado de Derecho, contra las iniciativas que pretendan, desde la ilegalidad y contra la voluntad democrática del conjunto del pueblo español, conculcar nuestro marco constitucional y la unidad de España.

6. Utilizar con determinación y firmeza, así como desde la proporcionalidad y oportunidad, todos los mecanismos que, en defensa de la soberanía del pueblo español y del interés general de España, le atribuyen la Constitución y las Leyes.

¿Y qué impedía al PSOE adherirse a una declaración tan básica en pro de los principios y valores constitucionales de los que debería ser garante? Precisamente, que no se incluyera la siguiente coletilla: "El Congreso manifiesta su voluntad de promover una reforma constitucional que actualice el marco de convivencia". Puntualización que, enmarcada en el debate de la defensa de la Constitución y la soberanía nacional española en la que se asienta, y frente a quienes persiguen su aniquilación, no dejaba de estar absolutamente fuera de lugar. 

Una vez más, los socialistas, con la destacada militante del PSC Meritxell Batet ejerciendo de portavoz de ocasión, presentaban ese burdo subterfugio intelectual del 'federalismo' como el milagroso bálsamo de Fierabrás que curará a los nacionalistas de la enfermedad del separatismo. Mercancía que, como es bien sabido, le han comprado gustosos los insobornables 'unionistas' de Ciudadanos, y de ahí que sus diputados llegaran a hacer suya la referida enmienda. Además, claro, tampoco conviene dejar en mal lugar al socio, por lo que había que poner una vela a Dios y otra al diablo.

En este debate suscitado en el primer pleno ordinario del Congreso de los Diputados quizá resida la clave de acontecimientos y novedades que pueden llegar a producirse en próximas jornadas. Muy posiblemente las preguntas que han dado comienzo a esta entrada tengan, por tanto, pronto respuesta.
 

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