viernes, 2 de octubre de 2015

AVE, SOTERRAMIENTO Y ELECTORALISMO


Artículo que me publicó ayer, 1 de octubre, el diario La Opinión de Murcia.

Nos advertía el consejero de Fomento, Francisco Bernabé, del riesgo de que la llegada del AVE a la Región sufra un retraso de «cinco o seis años como mínimo» si la oposición de las izquierdas en el ayuntamiento de Murcia consiguiera su propósito de paralizar las obras de entrada a la capital murciana; hasta el punto de que pueda darse la paradoja de que lo tengamos antes en la bella ciudad de Cartagena. Pues bien, ese y no otro es el verdadero objetivo de ciertos representantes y dirigentes políticos, tanto locales como regionales: hacer uso de todos los impedimentos habidos y por haber para retrasar al máximo el esperado día en que en Murcia, como en otras treinta capitales de provincia, dispongamos por fin de AVE; y con ello, por supuesto, el inicio de las obras de la comprometida primera fase del soterramiento, no vayan los vecinos de la zona Sur de Murcia, y más concretamente del barrio de Santiago el Mayor, a comprobar de primera mano que la reivindicación histórica de permeabilizar las vías del tren empieza a hacerse realidad... gobernando el PP. Y de ninguna de las maneras se puede permitir tan indeseable coyuntura tras toda una legislatura utilizando el soterramiento como argumento de desgaste contra la nefanda derecha.

Nadie puede llamarse a engaño a estas alturas, puesto que los partidos que componen la supuesta alternativa ´tinellesca´ al PP dejaron más o menos clara su posición al respecto durante la precampaña y campaña de las últimas elecciones autonómicas y municipales: así, la izquierda ´moneística´, en su presentación en sociedad, no se mostraba precisamente entusiasmada ante la posibilidad de que las tres principales ciudades de la Región, de un potencial económico y turístico indiscutible, contaran con AVE. Es más, hubo algún 'garicano' que, teorizando desde su cátedra, aseveraba que Murcia podía permitirse el lujo de renunciar a infraestructura tan básica para su desarrollo y prosperidad. Además, el mismo hecho de que en su momento se arrancara el compromiso de Adif de que el AVE trajera consigo la demanda histórica del soterramiento de las vías del ferrocarril (en una primera fase, del paso a nivel de Santiago el Mayor, y en una segunda fase, en su integridad, desde Los Dolores a Nonduermas), no generó más que la ruptura del consenso por parte de la oposición tanto en el pleno del ayuntamiento de Murcia como en la Asamblea Regional (por supuesto, a pocos meses de las elecciones autonómicas y municipales); además de zancadillas a la adjudicación de las obras por parte de plataformas muy políticas, cuyos cabecillas a buen seguro aplaudirían con las orejas si tales planes y fases de soterramiento tuviesen lugar bajo un Gobierno ´de progreso´.

Porque bien es cierto que se firmó nada menos que en 2006 un convenio entre Adif, Gobierno regional de Murcia y ayuntamiento de Murcia, que contemplaba tanto la llegada del AVE como el soterramiento; pero también que el Ejecutivo de entonces, el de Zapatero, dejó que durmiera el sueño de los justos, y sin que durante cinco años, hasta 2011, nadie sacara a la calle una sola pancarta. Tendría que llegar el PP de Rajoy al Gobierno, y en plena crisis económica y financiera, para que, entonces sí, algunos se acordaran del convenio (¡cinco años después, insisto!); y por mucho que haya sido el primer Ejecutivo que por fin iniciara las obras para su cumplimiento y comprometiera unos plazos y financiación para el soterramiento integral, esos mismos que estuvieron mudos cinco años han hecho desde entonces todo lo posible para poner todos los obstáculos a su alcance en pos de un fin: que ni el AVE ni el soterramiento lleguen a Murcia bajo un Gobierno del PP.

Aun así, la llegada soterrada del AVE a Murcia dio un nuevo paso en la reunión a primeros de agosto del consejo de administración de la Sociedad Murcia Alta Velocidad; y de gigante, dado que se fijaron plazos para la ejecución de las fases y presupuestos concretos para la llegada del AVE a Murcia y la permeabilización de la red ferroviaria. Ahora bien, por muchos compromisos en firme que se consiguieran del ministerio de Fomento, como los que lograron el consejero Francisco Bernabé y el alcalde José Ballesta, que incluso tuvo el generoso gesto de llevarse consigo a la oposición para facilitar la recuperación del consenso, quedó de nuevo patente que nunca se contentará a los que jamás se van a contentar... al menos hasta después de las elecciones generales, y dependiendo de sus resultados. Porque, en realidad, hay a quienes parece importarles bien poco el soterramiento, el AVE y los intereses de Murcia; quizá tales partidos logren sacar provecho electoral con comportamiento tan mezquino y corto de miras, pero si su propósito obstruccionista llegara a buen puerto el más damnificado no sería el PP, sino Murcia.

Los últimos acontecimientos han cambiado, afortunadamente, el panorama. Tras un muy oportuno toque de atención del tejido productivo y asociativo de la Región, hay quien ha tenido la virtud de recapacitar y, con ello, facilitar la recuperación de un acuerdo fundamental en la reivindicación de la llegada del AVE a Murcia y, con él, del soterramiento. En virtud de lo cual sí se puede afirmar en este caso que la que llaman 'clase política' en Murcia, o la mayor parte de ella, ha sido sensible a las demandas expresadas por la sociedad que le vota y paga impuestos. Indiscutible el mérito del presidente del Gobierno regional, Pedro Antonio Sánchez, que ha sabido atraerse a Ciudadanos al pacto (al que se ha sumado el PSOE en el ayuntamiento de Murcia) arrancando de Fomento el compromiso de ampliar la primera fase del soterramiento a la Senda de Los Garres. Ojalá el consenso político fuera unánime, pero, por desgracia, difícilmente se puede contar con quienes se instalan en el inmovilismo y en posiciones radicales, cuando no en el puro electoralismo. Pero esto ya nadie lo va a parar.

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