Que Murcia tenga aeropuerto es una reivindicación que data de 1935, cuando, con motivo de un homenaje de la Cámara de Comercio al ingeniero Juan de la Cierva, se propuso construir «un campo de aterrizaje que más propiamente puede denominarse Aeropuerto Comercial». Contar con este tipo de infraestructura siempre se ha considerado un requisito imprescindible para el desarrollo y la modernización de una Región como la nuestra, cuyo enorme potencial turístico se incrementaría exponencialmente y contribuiría así al crecimiento de la actividad económica y la creación de empleo. Nada que ver, pues, con otros planes basados en la pura megalomanía. Los problemas derivados de la intolerable actitud de la que ha sido empresa adjudicataria, que han dado lugar a la retirada de la concesión y la apertura de un nuevo concurso, deberían resolverse lo antes posible, pero nunca llevar al abandono del proyecto. Ni rescatar la idea socialista de limitarse a añadir ´y Murcia´ al letrero del Aeropuerto de Alicante.
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