Por cierto, qué poquísima repercusión mediática ha obtenido la muy significativa y demoledora declaración en el Tribunal Supremo del ex interventor general de la Junta de Andalucía a propósito de los ERE fraudulentos. Y es que la diferencia reside en que ni a Chaves ni a Griñán, ni a ninguno de los muchos encausados por el escándalo, se les ha montado ningún dispositivo de registro y detención retransmitido en directo por televisión ('acogotamiento' incluido), sino todo lo contrario: en su momento se bajaron y subieron a sus coches oficiales, y entraron y salieron de la puerta del juzgado, tan campantes e incluso sonrientes, y sin que ni tan siquiera ningún 'indignado' les profiriera el más mínimo insulto. Y muy a pesar que se trata ni más ni menos que del saqueo sistemático de alrededor de mil millones de euros de dinero público destinado a ayudas a parados, y para mayor escarnio en la región española con mayor índice de desempleo.
Definitivamente, no todos son iguales ante los medios de comunicación; o, al menos, la mayor parte de ellos, que suelen contar además con la inestimable colaboración de ciertos resortes y submarinos del Estado asentados en cloacas, expertos en idear y organizar muy impactantes operaciones mediáticas, y siempre al servicio de un partido que, no obstante, continúa sin lograr despegar en las encuestas.
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