Sea como fuere, quizá quepa calificar más bien de 'franquista' una ley como la de la patada en la puerta, aprobada en su momento por el PSOE de Felipe González aunque posteriormente, y felizmente, declarada inconstitucional, lo que llevó a la dimisión de su patrocinador, el entonces Ministro del Interior, José Luis Corcuera; o comportamientos y maneras de proceder tan liberticidas como los espionajes supuestamente 'aleatorios' del CESID (de los que sin embargo no escapaba ni el mismísimo Rey de España) también durante el felipismo, o por SITEL ya con Zapatero y de la mano de Rubalcaba ('veo todo lo que haces y oigo todo lo que dices'), o incluso detenciones ilegales (en sentencia judicial firme) como las llevadas a cabo contra militantes del PP que, tras una manifestación de la AVT, tuvieron la mala suerte de aparecer fotografiados junto a un Bono que no fue bien recibido ('el Ministro quiere detenciones, y habrá detenciones'), y que asimismo forzaron la dimisión del entonces Delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Constantino Méndez.
Y todo porque un Gobierno del PP se ha atrevido a someter a la aprobación de las Cámaras una Ley... ¡de Seguridad Ciudadana! Y eso sí que no: la derecha, genuinamente represora según los cánones de la progresía hispana, no tiene legitimidad alguna para regular en la materia, por muchos votos que haya logrado en las urnas; bastante con que se le permita gobernar. De ahí que nuestras inefables izquierdas hayan tenido a bien bautizarla como 'Ley mordaza', haciendo gala una vez más de una originalidad verdaderamente deslumbrante.
Como no podía ser de otra manera, el proyecto de Ley de Protección de Seguridad Ciudadana ha contado con el aval del Consejo de Estado como impecablemente respetuosa con los derechos y libertades fundamentales recogidos en la Constitución. Pero a nuestras izquierdas, pese a su nula autoridad moral también en materia de libertades, les encanta jugar a que se oponen a una derecha retrógada y opresora que cuando gobierna impone un Estado policial. Pero se trata de un tópico manido y gastado que pocos se creen ya. Y por sus obras les conoceréis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario