Porque, por desgracia, del colonialismo pancatalanista no solo forman parte los partidos nacionalistas y separatistas, que abarcan ideológicamente desde la extrema derecha a la extrema izquierda, sino el mismísimo Partido Socialista Obrero Español (sic) a través del PSIB, y en lugar destacado. Así por ejemplo, fue el PSOE, y no otro partido, el que presentó el recurso al TC contra la ley que elimina la exigencia del catalán para poder acceder a la Admistración autonómica balear. Y es el PSOE el que se suma con entusiasmo a las huelgas y manifestaciones pancatalanistas contra el trilingüismo en la enseñanza. E incluso con el apoyo explícito de quien pretende ser presidente del Gobierno de la nación (española): el secretario general socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba.
Y es que Rubalcaba, pese a que por generación pertenece a la denostada (por la actual dirección socialista) 'vieja guardia' españolista o constitucionalista (los Felipe González, Bono, Vázquez, Leguina, Corcuera, Ibarra, Belloch, es decir, aquellos veteranos del socialismo español que sí ganaban elecciones, y por mayoría absoluta), se identifica mucho más con el más juvenil (aunque menos preparado) aparato funcionarial heredado del zapaterismo: el que tiene como norte la aplicación del 'cordón sanitario', esto es, que todo vale con tal de aislar al PP para impedir que gobierne, incluso pactar con los enemigos de la unidad de España (tanto en Baleares como, por ejemplo, Cataluña). De ahí que se inspire precisamente en el precedente balear, el del Gobierno del PSOE con una ensalada de partidos extremistas, nacionalistas y secesionistas, para emularlo algún día en el Parlamento de la nación (o de lo que quede de ella). Porque Rubalcaba, como además se desprende de sus últimas intervenciones públicas, solo aspira a que el PP pierda la mayoría absoluta parlamentaria en las próximas elecciones generales; y por tanto considera que es la única manera de tocar poder de una vez, su único objetivo.
En suma, se presenta una 'alternativa' en la política española que es para ponerse a temblar. Precisamente ese mismo ejemplo de los Gobiernos 'multipartitos' en las Baleares, y sus nefastos resultados, sirven para corroborar tamaño reparo.
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