martes, 7 de mayo de 2013

¿PACTO? ¿PERO QUÉ PACTO?

Como cada vez que vienen las cosas mal dadas, surgen por doquier en nuestro suelo patrio multitud de voces exigiendo un gran consenso (oh, santa palabra) entre las principales fuerzas políticas, es decir, eso que se da en llamar pomposamente 'pacto de Estado'; como si el hecho de 'poner de acuerdo' a los partidos políticos tuviera propiedades taumatúrgicas o fuera necesariamente mejor que la aplicación de una determinada política económica. Porque cabe preguntarse: ¿qué contenido concreto ha de tener ese pacto cuasi-milagroso? ¿Por ejemplo, asumir las ruinosas propuestas recientemente presentadas por el PSOE que supondrían más gasto público e irremisiblemente todavía más impuestos y más déficit, esto es, incidir aún más en el desastre económico generado y todavía no superado? ¿La solución consiste en volver a 'hacer méritos' para que, esta vez sí, nos rescaten?

Y es que el plan rubalcabiano de 'reactivación económica', puramente keynesiano y como tal intervencionista hasta las cachas y basado en tirar de déficit y deuda, solo nos conduciría a un mayor deterioro de la economía y, en último término, a la reaparición del fantasma del rescate. Ni más ni menos, a convertir en inevitable la traumática situación a la que precisamente han estado a punto de llevarnos las políticas socialistas cuando gobernaban. Encima, su delirante propuesta de dedicar el dinero destinado a la recapitalización del sistema financiero a otros menesteres ha merecido la correspondiente reprimenda de Bruselas. Si con tan privilegiadas cabezas hay que alcanzar ese 'pacto económico' que, por el mero hecho de ser 'consensuado', nos va a sacar del apuro, apaga y vámonos. Por algo han dejado el país hecho unos zorros, y conviene tenerlo presente.

Así pues, para hacer semejante viaje al funesto y trasnochado pasado, paren el tren, que me bajo. Porque, afortunadamente, el PP cuenta con una sólida mayoría absoluta y no necesita de pacto alguno para sacar adelante su programa de Gobierno; que para eso, además, le votaron once millones de españoles.

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