lunes, 26 de noviembre de 2012

MAS, EL CHIRAC CATALÁN

En las elecciones catalanas de hace dos años, los partidos netamente secesionistas que obtuvieron representación en el Parlamento autonómico, esto es, CiU (aunque entonces no se presentó como separatista), ERC (desgastada por su contribución al Gobierno del tripartito) y SI (la aventura política del ínclito Laporta), sumaron 76 escaños y un 48,72% de los votos. En cambio, en las que se acaban de celebrar tras una intensa propaganda pro-independentista y antiespañola, emprendida desde los numerosos y prácticamente hegemónicos medios oficiales y oficiosos del nacionalismo catalán, CiU, ERC y CUP (partido también secesionista, aunque más bien producto de la reciente irrupción en la escena política de la extrema izquierda antisistema), solo han logrado 74 diputados y un 47,84% de los sufragios. Es más: ni tan siquiera agregando el porcentaje obtenido por el ahora extraparlamentario SI (1,28%) llegan a alcanzar la mitad de los votos. Si este es el irresistible, creciente e imparable 'tsunami' independentista que invade Cataluña, que resucite Prat de la Riba (o Wifredo el Velloso) y lo vea.

Hay quienes añaden los resultados conseguidos por Iniciativa per Catalunya-Verts (algo así como la 'marca' de Izquierda Unida en Cataluña) a los de los partidos nacionalistas para reflejar un supuesto crecimiento electoral del separatismo (en virtud de lo cual, el aumento en tres escaños de la coalición de izquierdas serviría para que el secesionismo subiera en uno). Sin embargo, cabe puntualizar que Iniciativa no aboga exactamente por la independencia de Cataluña, sino, al igual que el PSC, por la celebración de un referéndum so capa de un 'federalismo' presentado como la solución definitiva al reto separatista, en realidad una supina estupidez además de una inútil enmienda al sistema constitucional. Y es que la izquierda catalana no nacionalista no ha conseguido desprenderse nunca de sus típicos complejos ante el nacionalismo, al que siempre le ha concedido un plus de legitimidad democrática por su supuesto compromiso histórico antifranquista; así, con tal de que no la identifiquen con el PP o el españolismo en general y, por ende, la tachen de sospechosa de franquismo, siempre ha preferido, bien asumir el discurso del pensamiento único nacionalista, bien nadar entre dos aguas, como es el caso que nos ocupa.

Por tanto, en puridad habría que distinguir dentro del campo político no nacionalista a quienes son calculadamente ambiguos en la defensa de la Constitución y la soberanía nacional española (es decir, PSC e ICV, cuya subida en tres diputados no ha compensado el descalabro socialista, que ha bajado nada menos que ocho escaños) y quienes respaldan sin ambages el actual ordenamiento constitucional como garantía de la unidad de España: así, el PP, pese al desgaste derivado de las muchas medidas impopulares tomadas por el Gobierno que sustenta, ha logrado aumentar un escaño y 84.000 votos más, suficientes aun así para que sean sus mejores resultados en unas elecciones autonómicas catalanas (19 diputados); y Ciutadans, por su parte, ha crecido de manera espectacular con seis diputados y 169.000 sufragios más (una subida de más de cuatro puntos porcentuales), datos que le consolidan como la más nítida opción política españolista dentro del centro-izquierda.

En consecuencia, el fracaso de la apuesta secesionista de Mas ha sido total y absoluto: además de bajar sensiblemente en votos y escaños y, por tanto, situarse muy lejos de la mayoría absoluta que perseguía, el beneficio electoral obtenido por formaciones políticas nacionalistas más radicales no ha sido lo bastante intensa como para que el independentismo aumentara sus apoyos en las urnas; bien al contrario, se ha estancado. Eso sí, don Artur puede presumir de que su 'brillante' manera de proceder es perfectamente comparable al que tuviera uno de los grandes políticos de la historia reciente de Europa: Jacques Chirac, quien, dos años después de conseguir la Presidencia de la República francesa, decidió disolver una Asamblea Nacional en la que dominaba la coalición gaullista-liberal (la suya) y adelantar las elecciones legislativas, con el objetivo, decía, de reforzar esa misma mayoría del centro-derecha y emprender un ambicioso programa de reformas económicas. Pues bien, al sempiterno líder político parisino le falló la intuición, y de qué manera: esos mismos comicios que convocó anticipadamente los ganó con claridad la izquierda, por lo que no tuvo más remedio que 'cohabitar' con el socialista Lionel Jospin como Primer Ministro. Jugada maestra, como la del Mesías catalán. Y veremos si, dadas las últimas informaciones publicadas sobre tramas de corrupción en Cataluña, también coincide con Chirac en que acaba teniendo que rendir cuentas ante la Justicia.

jueves, 22 de noviembre de 2012

ASÍ SE NEGOCIA EN EUROPA

'En Ámsterdam tuve que escuchar todo tipo de exigencias que complicaban las cosas, algunas de ellas correctas, otras heredadas del gobierno anterior, y estuve negociando duramente. Era mi primer acuerdo internacional, y no quería meter la pata. José María tenía una cuestión espinosa importante: necesitaba que el tratado reflejara la posición especial de España como receptora de ayuda europea y como país «grande» junto con los demás «grandes», no como país «pequeño». Eso suponía un problema para los otros «grandes», sobre todo para Alemania, liderada por Helmut Kohl. 

Los holandeses intentaron la vieja táctica, apoyados por los alemanes, de dejar para el final las exigencias españolas. La idea era poner de acuerdo a todos los demás para después apretarle los grilletes al que seguía recalcitrante, que, por intimidación o por vergüenza, se veía obligado a doblegarse. «Europa te necesita. ¿Cómo puedes perturbar la estabilidad de Europa en un momento como este? ¿No tienes sentido de la historia? ¿Quieres ser responsable de un fracaso europeo?», etcétera. 

Un montón de viejas patrañas, pero eficaz en un gran número de casos. Pero no con Aznar. Esperaron hasta que todo el mundo se pusiera de acuerdo, incluido yo, y después le ofrecieron un compromiso, ni bueno ni malo. Él dijo: «No, ya os he dicho mis términos». «Ah, sí, pero necesitamos saber tu última palabra», dijeron ellos. «Esa es mi última palabra», respondió. Luego añadió: «Me voy a la habitación de al lado a fumarme un puro». Cosa que hizo de inmediato. 

Lo intentaron todo. Wim Kok fue a verle y le dejó clara su desaprobación al estilo suavemente holandés protestante. Jacques Chirac intentó avasallarle en un estilo muy francés. Por último, Helmut Kohl se puso de pie y trasladó su considerable peso hasta la habitación de al lado, con aspecto de ogro en busca de un erizo. Volvió desconcertado. Inexplicablemente, el erizo se había negado a que le aplastaran. Kohl se volvió hacia mí. «Tú eres nuevo, como él», exclamó. «Ve e inténtalo». 

Fui a la habitación donde estaba sentado José María, tan sólo él con su intérprete y su puro, que estaba fumando como si no tuviera ninguna preocupación en este mundo. Prescindimos del intérprete y hablamos en francés. Le solté una perorata sobre lo importante que era aquello, le dije que aquella negociación pendía de un hilo, que únicamente él podía salvar la situación, y concluí diciendo lo realmente decepcionados que estarían todos, sobre todo Helmut, si él no llegaba a un compromiso. 

«Lo sé. Lo siento mucho», dijo con una enorme sonrisa. «¿Puedes transmitirles un mensaje de mi parte? Diles que ya manifesté en qué términos este tratado era aceptable para España, y lo dije al principio. Y hasta ahora, nunca me lo han vuelto a preguntar. Pero si lo hubieran hecho, les habría dicho que esos eran los términos aceptables para España. Y mira», dijo, sacando algo de su bolsillo, «tengo muchos más puros para fumar». Consiguió sus términos.'  

Tony Blair. Memorias.

Ante la amenaza de reducción a España de 20.000 millones de euros en las partidas del Presupuesto comunitario, urge recuperar el 'estilo Aznar' en las negociaciones con las autoridades de la Unión Europea: enrocarse, no ceder, trasladarse a otra habitación a fumarse un puro si es necesario y no volver hasta, por puro agotamiento y desesperación, arrancar de los demás un compromiso que sea plenamente satisfactorio. Y es que nunca ha sido fácil defender los intereses de España en el panorama europeo, pero un presidente del Gobierno debe tener presente que esa ha de ser la prioridad; y el actual, al contrario que su inmediato antecesor, lo tiene claro.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

14-N: UN FIASCO DE AÚPA

Hoy, 14 de noviembre. Esta mañana he hecho mi recorrido de todos los días, desde mi casa en Ronda Sur, en el barrio de Santiago el Mayor, hasta mi lugar de trabajo, a la entrada del casco urbano de Murcia. Unos 25 minutos a pie. En el trayecto hay un número considerable de establecimientos (el barrio de El Carmen, lugar de paso, es típica y tradicionalmente comercial), y, para relativa sorpresa mía, no encontré absolutamente nada distinto: todos los comercios, kioscos, cafeterías, peluquerías, gasolineras, oficinas bancarias, supermercados, etc., estaban abiertos, como cualquier otro día (honestamente, sí cerró el kiosco de la plaza González Conde, pero nada más). Si hubiera aterrizado allí en ese momento algún extranjero desinformado y se le hubiera dicho que en España había convocada una huelga general, desde luego que no hubiese dado crédito. De todas formas, suponía que a mediodía los piquetes coactivos recorrerían determinadas calles (incluido el ritual de pararse a las puertas de El Corte Inglés) para forzar a los comercios a que cierren sus persianas conforme pasen (para que luego vuelvan a abrirlas una vez se esfumen); y que los sindicatos verticales no tendrían una vez más empacho alguno en presentar estas actitudes coercitivas como un 'éxito'. Así, cualquiera, aunque cada vez les resulta más difícil tomar el pelo a la opinión pública.

Y, en efecto, así fue, y he aquí una tan significativa como deleznable muestra, esta vez en Madrid. De esta edificante manera logran los sindicatos verticales del socialismo sus 'éxitos'. Sus piquetes, todavía eufemísticamente llamados 'informativos', hace tiempo que se convirtieron en la banda de la porra, al más puro estilo mafioso; pero ahora además son la coartada para que émulos de la 'kale borroka' den rienda suelta a sus impulsos delictivos, cuando no directamente criminales. Vaya con los adalides de la solidaridad y la sensibilidad social. Aun así, bravo por la serenidad y el coraje de la comerciante, a la que me permito modestamente expresar desde aquí toda mi admiración. Seguramente sin quererlo, se ha convertido en todo un símbolo de quienes este día han defendido con valentía y dignidad sus derechos individuales frente a los atropellos del matonismo sindicalero.
 

Porque, por desgracia, no fue precisamente tan solo una desagradable anécdota. Pero vayamos a los datos concretos para intentar averiguar si el triunfo sindical se ha producido de verdad. Contar con cierta precisión el número de trabajadores que en general secundan una huelga es tarea imposible. De ahí que unos y otros se permitan dar cifras radicalmente distintas (aunque, desde luego, ese 80% de seguimiento que 'estiman' los sindicatos no hay quien se lo crea). El único procedimiento fiable consiste en medir la evolución real del consumo eléctrico respecto a la previsión oficial de demanda. Pues bien, los porcentajes hechos públicos por la Red Eléctrica Española no han podido ser más demoledores: un descenso de tan solo un 12,1%, frente al 21,2% de la última huelga general, que ya de por sí constituyó un fracaso. Aunque en puridad, y estableciendo una comparación, solo ha de considerarse un éxito la huelga general que tuvo lugar en 1988 contra el Gobierno de Felipe González (con una bajada del 34%), la convocada hoy ha provocado el menor descenso de consumo eléctrico de todas las demás.

Por tanto, el fiasco cosechado por el dúo (nada dinámico) Méndez-Toxo ha sido de aúpa, por mucho que pretendan hacernos comulgar con ruedas de molino. Y su credibilidad, definitivamente a la altura del betún. O estos sindicatos se adaptan de una vez a los tiempos que corren, o se sitúan en el trance de desaparecer algún día del mapa. Y más pronto que tarde.

martes, 13 de noviembre de 2012

LA DESVERGÜENZA DEL PSOE ANTE LA HUELGA



Si Sara lleva ya dos años en el paro no cabe culpar al PP, que llegó al Gobierno hace unos nueve meses, sino, si acaso, al anterior del PSOE. Si Pilar se ha visto obligada a cerrar su tienda, resulta al menos discutible que haya sido única y exclusivamente por la subida del IVA (¿la última del PP, o la que decretó el Ejecutivo socialista?), cuando el parón de la actividad económica y el subsiguiente descenso del consumo vienen de bastante atrás, de la segunda legislatura de Zapatero. Si la abuela Celia no dispone de ayudas para que la cuiden, se debe fundamentalmente a la escandalosa falta de previsión de la Ley de Dependencia aprobada por el PSOE, ya que, puesto que se basa en el principio, tan propio del zapaterismo, del 'yo invito, pero tú pagas', nunca se la ha dotado de la financiación adecuada. Si las amigas del equipo femenino (parece ser que de voleibol) se han quedado en el paro, es consecuencia de la inercia de años en los que, sin que el Gobierno socialista anterior planteara iniciativas de mínima enjundia, se ha venido generando desempleo de manera vertiginosa; pero no a una reforma laboral que, bien al contrario y según los últimos datos, más bien está conteniendo la destrucción de puestos de trabajo.

Si los pequeños sobrinos han dejado de tener comedor y transporte para ir al colegio, es porque los ajustes, esto es, los 'recortes', en efecto, han llegado ahí, pero no por capricho ni por perversidad y masoquismo de la malvada derecha, sino por la imperiosa necesidad de reducir el gasto ante la falta de ingresos derivada de la crisis económica, heredada, y el alarmante estado de las cuentas públicas, en muchos casos también legada del socialismo. Si el tío Jesús ha de pagar, siquiera de manera simbólica, las medicinas (como en el resto de la Unión Europea, por cierto) es para contribuir a paliar una situación insostenible de la sanidad pública, que por supuesto no viene de ahora; aunque resulta comprensible que le suponga un esfuerzo especial tras la congelación de las pensiones decretada en su momento, y por primera y única vez en la democracia, por el PSOE (obviamente, que su hospital haya cerrado es una mera fantasía mentirosa, ya que ninguno del ámbito público lo ha hecho). Si Marcos y Andrea han debido emigrar para encontrar trabajo, no forman parte de un fenómeno que haya comenzado a producirse desde que gobierna Rajoy, sino desde que empezó a mostrarse con toda crudeza una crisis económica que el Ejecutivo socialista de Zapatero se empeñó en negar y contra la cual, en consecuencia, tardó en tomar medidas (o, más bien, poner parches).

Cómo no iba a apoyar públicamente el PSOE una huelga general política de la que en realidad está detrás, junto a sus fieles perritos falderos del sindicalismo vertical burocrático. Pero que encima lo haga con un vídeo tan descarado, como si no tuviera responsabilidad alguna en una situación económica ruinosa a la que contribuyeron en primera línea, bate todos los récords de la desvergüenza. Por su parte, el PP ha respondido limitándose a recordar cuál era la postura del entonces líder de la oposición a propósito del simulacro de huelga general que le organizaron a Zapatero después de más de cinco millones de parados. Aunque del PSOE jamás se puede esperar una oposición mínimamente responsable, como sabe cualquiera que conozca su historia.

jueves, 8 de noviembre de 2012

ASÍ HA VOTADO ESTADOS UNIDOS

Finalmente, la victoria de Obama ha sido tan estrecha en voto popular (50%-48%) como señalaban las encuestas; ahora bien, puesto que, tal y como también se pronosticaba, el candidato demócrata se ha hecho con los estados más poblados, ha logrado un contundente triunfo en el colegio electoral (332 delegados frente a los 206 del aspirante republicano). El voto de las llamadas minorías (aunque lo son cada vez menos en una nación que siempre ha sido crisol de razas) y el más urbano han vuelto a ser decisivos al inclinarse claramente por Obama. Sin embargo, tendrá que gobernar de nuevo ante una Cámara de Representantes en la que los republicanos han conseguido revalidar su mayoría (233 escaños frente a 193); de tal forma que continuará ejerciendo de contrapeso a las políticas del reelegido presidente, que en esta ocasión deberá mostrar más cintura política para procurar llegar a acuerdos, especialmente en materia económica y presupuestaria, con el poder legislativo. Así lo ha querido el electorado estadounidense, por lo que sería conveniente que esta vez el que ha de proceder en primer lugar como presidente de todos los norteamericanos esté a la altura de las circunstancias.

En cualquier caso, es principalmente en el Partido Republicano donde deberían sacar conclusiones acerca de los resultados obtenidos en las elecciones presidenciales: el voto de los estados de tradición más conservadora, la llamada 'América profunda' (Utah, Texas, Georgia, Louisiana, Arkansas, Tennesse, Indiana, etc., es decir, la zona central y sureña de los Estados Unidos), le sigue siendo irreductiblemente fiel, pero se ha demostrado que no es ni mucho menos suficiente. Su cada vez menor arraigo en las Costas Este y Oeste y en los ámbitos más urbanizados empieza a ser alarmante (incluso en Massachusets, donde Romney fue gobernador, Obama se ha impuesto por más de 23 puntos de ventaja). Mucho se ha disertado a este respecto sobre el posible perjuicio que para el 'Great Old Party' ha supuesto su 'derechización', pero lo cierto es que sus dos últimos candidatos a la presidencia no han sido precisamente unos extremistas: McCain, que tenía sus encontronazos en público con los más 'duros' de su Partido, demostró durante su largo historial político, tendente siempre al pacto con los demócratas, que ni mucho menos lo era; y Romney, como buen republicano del norte, es básicamente un moderado que incluso planteó como gobernador una reforma sanitaria que levantó ampollas entre sus correligionarios.


No cabe atribuir el fracaso electoral al hecho de que el Partido Republicano defienda con mayor claridad y contundencia las ideas, valores y principios que siempre le han caracterizado y que tanto han contribuido a la grandiosidad de los Estados Unidos (el reciente y triunfante fenómeno del 'Tea Party' en mitad de la pasada legislatura es buen ejemplo de ello), sino concretamente a su incapacidad para captar a amplias capas de las llamadas minorías, que cada vez adquieren mayor peso electoral. Más específicamente, y de manera harto significativa, el voto hispano (que ya en el censo de 2010 superó nítidamente al de la minoría negra) ha vuelto a respaldar ampliamente a Obama: un 71%, frente al apenas 27% que se ha decantado por Romney. Sin embargo, cabe puntualizar que los supuestamente más 'radicales' Ronald Reagan y George W. Bush llegaron a hacerse con un 40 y un 44% de los sufragios latinos respectivamente: y es que ambos presidentes, sin renunciar ni mucho menos a las convicciones propias del partido fundado por Abraham Lincoln, se encargaron de no descuidar a un electorado llamado a desempeñar un papel cada vez más importante en la moderna sociedad norteamericana; muy especialmente el tan detestado Bush, que, pese a la chanza que se hacía de ello, ha sido el primer y hasta ahora único presidente estadounidense que se permitía hablar en español en público y con cierta frecuencia. De actitudes de ese tipo deberían tomar cumplida nota los dirigentes republicanos.

También ha basado Obama su triunfo en el sensible apoyo electoral tanto de las mujeres como de los jóvenes, sectores donde Romney, que en cambio se ha impuesto entre los hombres y las personas casadas, se ha visto incapaz siquiera de recortar las distancias. Y es que quizá la mayor frustración resida en el hecho de que el aspirante republicano no haya logrado sacar el suficiente provecho del evidente desgaste electoral que, en general y pese a todo, ha sufrido el candidato demócrata: 4,5 puntos menos de ventaja respecto a su contrincante y 33 delegados menos. El de Richard Nixon ha sido hasta ahora el único caso de un candidato que, tras perder unas elecciones (las que le enfrentó a Kennedy en 1960), decidió volver a probar suerte en posteriores comicios (aunque lo hiciera ocho años después). Todavía es muy pronto, pero parece harto improbable que Romney se atreva a imitarle; máxime cuando se trataría en realidad de su tercer intento, ya que también se presentó a las primarias republicanas de hace cuatro años. Sea como fuere, en el Partido Republicano, que no obstante mantiene una nítida mayoría en la Cámara de Representantes (no así en el Senado, en el que los demócratas ostentan 53 escaños frente a 45 republicanos) e incluso la gobernación de la mayor parte de los estados (nada menos que 30 de los 50), deberían ser capaces de detectar sus fallas y debilidades electorales y actuar en consecuencia. Si no lo hicieran, y por mucho carisma y dotes de liderazgo que pueda mostrar su futuro candidato, tendrán francamente difícil volver a la Casa Blanca.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

MATRIMONIO Y USO ALTERNATIVO DEL DERECHO

Siete años. Es ni más ni menos el tiempo que han necesitado los ilustres magistrados del Tribunal Constitucional para resolver sobre el recurso de inconstitucionalidad planteado por el PP contra la ley zapateril del llamado matrimonio homosexual. Y la verdad es que, a falta, eso sí, de que se haga público el contenido del fallo, da la sensacion de haber sido como el parto de los montes: el producto de tantas y tan largas deliberaciones ha resultado inane, del tamaño de un ratón. Desde luego, para semejante viaje, no eran menester alforjas.

Uno es plenamente partidario de que la unión civil o conyugal entre homosexuales, a salvo los lógicos impedimentos derivados de la naturaleza, contenga en general los mismos derechos y obligaciones que los matrimonios convencionales (aunque la adopción de niños se ha tratado en este caso de manera frívola y sin el detenimiento requerido, cuando debería siempre prevalecer el interés del menor, que es quien en realidad ostenta el derecho a 'ser adoptado'). Ahora bien, la sentencia, en principio, y a la espera tanto de su lectura como la de los votos particulares, merece un par de precisiones: una puramente filológica, ya que denominar 'matrimonio' a uniones de personas del mismo sexo no deja de ser un disparate lingüístico (por la misma etimología de la palabra, 'matrum minius', cuidado de la madre); y otra eminentemente jurídica: se supone que la labor de los magistrados es decidir sobre la conformidad de las leyes con la Constitución, y no acerca de su adecuación a la 'evolución social': si, como parece dar a entender el fallo, algún precepto constitucional (concretamente el artículo 32, que especifica que son 'el hombre y la mujer' quienes tienen derecho a contraer matrimonio) se ha quedado obsoleto, más bien deberían haberse limitado a recomendar su reforma al legislador, pero no a forzar de esa forma la interpretación de nuestra Carta Magna.

Pero, en fin, algunos continúan anclados en los muy 'progresistas' cánones del 'uso alternativo del Derecho', que es como dejarlo literalmente en mantillas y someterlo al albur de determinadas corrientes o conveniencias políticas y/o sociales. Con estas prácticas, por muy loables que puedan ser sus objetivos, el Estado de Derecho no sale reforzado: bien al contrario.

viernes, 2 de noviembre de 2012

SIN LANZAR LAS CAMPANAS AL VUELO

Parece ser que, al menos en lo que queda de año, no será necesario solicitar el rescate, 'rescatín' o línea de crédito: el Gobierno de la nación, tras las fructíferas emisiones de deuda de este mes, tiene de momento las necesidades financieras cubiertas. Además, el dato de reducción del déficit público que se dio a conocer (descendió en septiembre al 4,39%, y en términos homogéneos, es decir, sin contar las transferencias a otras administraciones públicas, incluso al 3,93%) nos sitúa en una posición muy favorable ante Bruselas y los mercados, ya que se están haciendo los deberes y nuestra economía transita por el camino adecuado hacia el cumplimiento de los objetivos pactados con la Unión Europea.

Además, aunque la ansiada recuperación de la economía española está todavía lejos de ser una realidad, determinados indicadores, sin duda positivos, señalan el inicio de un cambio de tendencia. Así está ocurriendo, por ejemplo, con las exportaciones (cuyo saldo favorable ha sido de más de 8.000 millones de euros), el turismo (47 millones de foráneos han visitado España hasta septiembre, un 4% que en 2011), en inversión directa extranjera (donde España se ha situado en el cuarto puesto del ranking europeo como país inversor más atractivo, solo por detrás de Reino Unido, Alemania y Francia) e incluso en empleo (donde se observa una sensible contención de la destrucción de puestos de trabajo en el sector privado, además de un incremento en el número de nuevos autónomos, concretamente en más de 100.000). Por tanto, empieza a advertirse un punto de luz, siquiera tenue, al final del túnel. Son datos que solo pueden servir de acicate para continuar con las reformas y medidas de ajuste, pero ni muchos menos para lanzar las campanas al vuelo.