jueves, 21 de junio de 2012

UNA MACABRA TOMADURA DE PELO



Como se puede apreciar en el vídeo, en la 'puesta de largo' de Sortu, la última marca electoral etarra legalizada por la mayoría 'progresista' del Tribunal Constitucional, estaban presentes todos: solo hay que fijarse tanto en quienes ejercieron de 'maestros de ceremonia', Rufino Etxeberría e Íñigo Iruín, como en muchos de quienes componían el auditorio. Todos aquellos que, como portavoces o militantes de la ilegal Batasuna, durante tantísimos años han justificado y respaldado sin ambages los peores crímenes de la banda asesina ETA; todos aquellos que nunca han tenido reparo alguno en humillar, vejar e incluso amenazar a las víctimas del terrorismo etarra; todos aquellos cuya pertenencia al entramado mafioso y criminal de la ETA ha quedado plenamente acreditada.

Sin embargo, ni a la ponente Elisa Pérez Vela, ni al presidente del Tribunal Pascual Sala (ínclito estertor del felipismo), ni a Eugeni Gay, ni a Luis Ignacio Ortega, ni a Adela Asúa, ni a Pablo Pérez Tremps, miembros todos ellos del TC a propuesta del PSOE, les cabe poner en tela de juicio la 'sinceridad' de semejantes miserables cuando en los estatutos de su coalición expresan genéricas condenas 'a la violencia' (aunque ciudándose muy mucho de referirse a la ejercida por la ETA, claro). Por tanto, los vocales del progrerío semijudicial y antijurídico le conceden mucho más valor a la palabra de ciertas alimañas que a los informes de la Guardia Civil y, sobre todo, a las sentencias del Supremo, al que han vuelto a enmendar arrogándose competencias de tribunal de última instancia, cuando el TC se encuentra fuera del ámbito jerárquico del Poder Judicial.

Y es que, por muy paradójico y surrealista que pueda parecer, el órgano que precisamente ejerce de intérprete supremo de la Constitución difícilmente ha podido hacer más por socavar nuestra Carta Magna y favorecer a quienes pretenden acabar con ella, particularmente cada vez que ostenta mayoría izquierdista. Como cuando ordenó la excarcelación de todos los miembros de la llamada Mesa Nacional de Herri Batasuna coincidiendo con la 'tregua-trampa' etarra de los tiempos de Aznar; como en sendas legalizaciones de Iniciativa Internacionalista, de Bildu y ahora de Sortu, en la que se ha perpretado la última y macabra tomadura de pelo a la nación y a las que son referencia de su defensa, las víctimas del terrorismo etarra. En suma, otro serio revés en la lucha contra la ETA (que, pese a que pretendan hacernos comulgar con ruedas de molino, continúa existiendo), de resultas de anteriores compromisos adquiridos durante el nefasto zapaterismo.

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