miércoles, 20 de junio de 2012

G-20: POQUITO A POCO

De la cumbre del G-20 en México, respecto a los intereses de España, se ha resaltado mediáticamente las peticiones de Merkel, Obama y Hollande a Rajoy para que especifique cuanto antes la cuantía de la ayuda a la banca española y las condiciones de la misma; información que deberá proporcionarse una vez se publiquen las conclusiones de las evaluadoras independientes sobre las necesidades de capitalización de nuestro sistema financiero. Pero no solo ha tenido lugar este 'toque de atención' a nuestro presidente del Gobierno, ni muchísimo menos: el G-20 también ha expresado su claro respaldo a las reformas económicas y políticas de ajuste emprendidas por el Ejecutivo español; cuya principal reivindicación de estos días ha visto además recogida en las conclusiones de la cumbre, donde se ha abogado por una mayor integración fiscal en la UE y una unión bancaria que propicie una supervisión común, garantizar los depósitos y la recapitalización directa de los bancos. Ni más ni menos, las demandas que enumerara el propio Rajoy en Sitges.

Por tanto, también debería quedar constancia de que, siquiera poquito a poco, se van dando pasos, cortos pero firmes, hacia esa integración fiscal y bancaria de la UE que defiende el Gobierno español, si bien de momento no va a ser posible la entrega directa de las ayudas europeas a los bancos en lugar de al Estado para diferenciar entre deuda bancaria y deuda soberana. Aun así, se da por hecho en medios de comunicación que los líderes europeos han decidido impulsar una compra masiva de deuda a España e Italia (aunque no a través del BCE como proponía Rajoy, sino de dos fondos europeos, el del Mecanismo de Estabilidad y el de Facilidad Europea para la Estabilidad Finaciera) para estabilizar los mercados y reducir la prima de riesgo; rumor desmentido inmediatamente por la propia Comisión Europea, aunque su sola propagación ha propiciado la reducción de nuestra prima a 530 puntos básicos (de los 588 que llegó a alcanzar hace dos días, en un sempiterno 'lunes negro') y que el interés del bono español se situara por debajo de la barrera psicológica del 7%.

En cualquier caso, se confirme o no la noticia, todo parece indicar que Angela Merkel, que en esta cumbre demostró seguir teniendo la sartén por el mango, no ha tenido más remedio que al menos matizar su hasta ahora inflexible postura: no por el supuesto 'contrapeso' del más 'desprendido' Hollande, típica añagaza propagandística de la izquierda, sino a buen seguro porque es muy consciente de que si no se actúa rápido, el hundimiento del euro se terminará produciendo y Alemania no sería ni mucho menos inmune a sus dramáticas consecuencias. Y además, por su parte, Obama se encuentra en plena campaña de reelección en unas presidenciales que se le presentan particularmente difíciles cuando no adversas, y por tanto quiere alejar cualquier fantasma de un 'efecto contagio' que sufriría de manera inmediata una economía como la norteamericana, que para más inri tampoco acaba de remontar. Sea como fuere, ya no hay tiempo que perder.

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