viernes, 18 de mayo de 2012

POR FIN, UN RESPIRO

Ha sido sin duda la semana más complicada y delicada para la economía española desde que Mariano Rajoy es presidente del Gobierno: el caos político en Grecia y su probable salida del euro, junto a, todo hay que decirlo, las dudas suscitadas sobre el sistema financiero español tras la nacionalización de Bankia, han situado a nuestra economía al mismo borde del abismo, con cataclismos en la bolsa y la prima de riesgo llegando a superar los 500 puntos básicos. A ello hay que unir el daño, en algún caso consciente, provocado por los agogeros de turno, auténticos especuladores de la catástrofe; con especial mención al inefable gurú del keynesianismo, Krugman, cuya última 'genialidad' ha consistido en pronosticar ¡un corralito en la España del euro! Aunque qué se puede esperar de quien cometió la inmensa torpeza de aconsejar al entonces todopoderoso Alan Greenspan que, al frente de la FED, sustituyera el estallido de las 'punto com' por la burbuja inmobiliaria por medio de una política monetaria expansiva: de aquellos polvos, estos lodos. Resulta inexplicable que le hayan concedido el Nobel a semejante zascandil, por mucho que represente al vigente consenso socialdemócrata en materia económica.

De todas formas, la reacción del Gobierno de la nación fue al principio desesperada: un llamamiento a Bruselas para que transmita un mensaje de calma a los mercados; porque, por su parte, el Ejecutivo español está haciendo lo que tiene que hacer: reformas económicas, que por supuesto han de continuar, y ajustes del gasto público, en muchos casos drásticos e impopulares. Pero hete aquí que el jueves, en el temido Consejo de Política Fiscal y Financiera, se produjo la ansiada tregua: la aprobación de los planes de ajuste autonómicos por parte del Gobierno del PP, con el Ministro Montoro a la cabeza, ha dado como resultado un auténtico 'pacto de Estado' entre todas las Comunidades Autónomas (a falta de que Asturias, pendiente de formar Gobierno, presente sus cuentas) que va a suponer una reducción extra de 18.349 millones de euros en 2012. Incluida Andalucía, cuyo Ejecutivo social-comunista no ha tenido más remedio que envainarse muchas de sus promesas electorales con tal de alejar el fantasma de la intervención (que el Gobierno nacional puede perfectamente llevar a cabo, si no directamente, sí interrumpiendo las correspondientes transferencias de dinero). Por tanto, finalmente el respiro llegó allí de donde los mercados y Bruselas albergan más dudas (y con razón) sobre el cumplimiento de los objetivos por parte de la economía española: de las Comunidades Autónomas. Quién lo hubiera asegurado hace poco.

Al día siguiente, el portavoz de Asuntos Económicos de la Unión Europea, Amadeu Altafaj, asevera que 'España no debe pensar en el rescate; está haciendo lo necesario'. Más tarde de lo que debería haber sido, pero el conveniente mensaje tranquilizador de Bruselas llegó finalmente. A continuación, la prima de riesgo cae a los 475 puntos, Bankia se dispara en bolsa y el Ibex recupera las ganancias: un cambio como de la noche al día en apenas unas horas. Así funciona la economía global, tan sensible a los movimientos y tendencias del ámbito internacional y... la confianza que se sea capaz de transmitir desde las instituciones públicas.

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