sábado, 18 de febrero de 2012

LA FUERZA DE LA MENTIRA NACIONALISTA

'Se confía en que todos, como verdaderos hijos de la patria, amantes de la libertad, acudirán a los lugares señalados con el fin de derramar gloriosamente su sangre y su vida por el rey, por su honor, por la patria y por la libertad de toda España'. Así rezaba el bando que hizo publicar el 'conseller en cap' de la sitiada ciudad de Barcelona, Rafael Casanova, para arengar a quienes resistían frente al asedio de las tropas de Felipe V. Porque no se trataba de una guerra por la independencia de Cataluña, embuste repetido machaconamente por el nacionalismo catalán, sino de un episodio de la Guerra de Sucesión entre los partidarios del archiduque Carlos de Austria, coronado años atrás en Barcelona como Carlos III de España, y quienes apoyaban a Felipe de Anjou como nuevo Rey. Finalmente, el 11 de septiembre de 1714 Barcelona se rendiría ante el primer Borbón que reinaría en España.

Pues bien, ateniéndose estrictamente, y como no podía ser de otra manera, al guión de la propaganda mentirosa del nacionalismo catalán, el presidente de la Generalitat catalana, Artur Mas, ha declarado al diario 'Le Monde' que 'somos España desde hace 300 años por la fuerza'. Y lo peor de todo no es que quien no deja de ser el representante ordinario del Estado en Cataluña propague semejante falacia sobre la historia de España en un medio de comunicación extranjero más o menos prestigioso; es ni más ni menos que la patraña que desde hace décadas el pensamiento único nacionalista impone como doctrina y verdad indiscutible en todos los ámbitos de la sociedad catalana, desde las aulas hasta la televisión, pasando por los periódicos que se editan en Cataluña. No hay más que ver en qué se han convertido las celebraciones de esa 'Diada' que se inician con la ofrenda floral a un Rafael Casanova a quien, pese a sus patrióticas evocaciones a la defensa de 'la libertad de toda España', se presenta como héroe independentista y víctima de la opresión española: en repugnantes y totalitarias ceremonias de odio a España. Porque para fuerza, la que tiene y demuestra la mentira nacionalista.

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