martes, 6 de septiembre de 2011

LA LOCURA DEL NACIONALISMO

El nacionalismo responde a un sentimiento tribal y colectivista, muy arraigado en el ser humano; pero, como tal, es un movimiento político profundamente liberticida. Los derechos individuales se someten siempre a los intereses o preceptos identitarios de la etnia, generalmente inventada por mucho que pretenda plasmarse en conceptos como 'pueblo', 'nación' o incluso 'Estado'. Por ejemplo, el nacionalismo catalán se distingue por querer hacer realidad su visión absolutista de Cataluña, y para ello utiliza el más poderoso símbolo diferenciador del que cree disponer: la lengua. Así, no promociona el catalán desde el poder con el objetivo de situarla en pie de igualdad con el español, sino, en primer lugar, para desterrar al que reputan de idioma 'invasor' de cualquier uso en el ámbito público; con el fin de que después, y poco a poco, llegue a convertirse en marginal también en la esfera privada.

No es solo que el nacionalismo catalán, que por supuesto, desaire ese principio constitucional que establece que todos los españoles tienen el deber de conocer la lengua castellana y el derecho a usarla; no es solo que se atreva a incumplir las leyes y las sentencias de los Tribunales que le supongan el más mínimo revés, manera de proceder que le caracteriza; es que un derecho fundamental como es la libertad de elección de la lengua vehicular en la enseñanza no cabe en el proyecto delirante que pretende imponer en la sociedad catalana. Esa es la verdadera naturaleza de la conocida como 'inmersión lingüística'. Es la locura del nacionalismo.

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