miércoles, 29 de octubre de 2008

EL COLMO DEL CINISMO


Todo un ejemplo a seguir. En estos momentos en los que, pese a la crisis que soportamos, determinados cargos públicos del más alto nivel (léanse los Benach, Touriño y otros virreyes) no reparan en dispendios, hay sin embargo probos dirigentes políticos que se sacrifican en pos de la buena salud de nuestras cuentas públicas. El ínclito e incombustible ministro Rubalcaba, con el empaque propio de un acreditado farsante, ha destacado el caso de Joan Mesquida, secretario de Estado de Turismo y a la sazón ex-director general de la Policía y la Guardia Civil. Y es que el político balear, aunque tiempo ha que ha dejado tan importante desempeño en el Ministerio del Interior, sigue viviendo en un cuartel de la Guardia Civil en Madrid. ¿Y a qué se debe tal decisión, dado que su actual cargo nada tiene que ver con la Benemérita? Porque uno podría pensar que el señor Mesquida está haciendo uso 'gratis total' (esto es, con el dinero de nuestros impuestos) de una residencia que debería estar ocupada por una familia de la Guardia Civil. Pero menos mal que el señor Rubalcaba nos ha sacado del error: En realidad se trata de una medida austera y beneficiosa para el erario, ya que, además de garantizar la seguridad del señor Mesquida, se abaratan costes, puesto que, tal y como indicó, 'nos ahorramos cinco o seis policías'.
Es el colmo del cinismo: Una utilización descarada de los recursos públicos para usos privados se nos vende como un acto de sobriedad y desprendimiento. Pero así es Rubalcaba, que tantísimas lecciones de moral viene impartiendo desde que ejerciera de portavoz del Gobierno de los GAL.
Aunque si tan barato cuesta vivir en un cuartel de la Benemérita, nuestros dirigentes políticos deberían pensar en cambiar de lugar de residencia, sobre todo para dar ejemplo en estos tiempos difíciles. Entre ellos, el mismísimo presidente del Gobierno, cuyos 'gastos de Palacio' nos salen por un ojo de la cara.

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